La cantidad de personas que eligen la bicicleta como medio de transporte o de recreación va en aumento. Para muchos, el ciclismo se ha convertido en un estilo de vida, contribuyendo al mismo tiempo con la reducción del sedentarismo, con el ambiente y con la reducción de presas.
Así lo confirman investigaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que indican que cada día se reportan unos 125 542 traslados en bicicletas solo en el Gran Área Metropolitana. Esto significa que el 2 % de los viajes realizados en esta zona del país se efectúa en bicicleta, frente al resto que se realiza en vehículos, motocicletas y transporte público.
Sin embargo, hemos visto también cómo incrementaron las estadísticas de incidentes viales donde se ven involucrados pasajeros de bicicletas, incluso registrándose lamentables muertes que han marcado a familias enteras.
Para ser exactos y según estadísticas de Cosevi, hasta el mes de agosto del presente año, se habían reportado 27 muertes de ciclistas en carreteras. En 2017, el número de fallecimiento de estos usuarios fue de 38.
Para revertir esta situación y aumentar la seguridad de los ciclistas, recientemente el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (INTECO) desarrolló una serie de normas que además apoyan la promoción de este transporte alternativo.
El casco y las prendas que utilicen los ciclistas así como los espacios por donde transiten (ciclovías) pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Precisamente, en estos aspectos se centraron los trabajos de los comités técnicos que desarrollaron dicha normas.
La norma para cascos especifica los requisitos y los métodos de ensayo que deben contar esos dispositivos con el fin de asegurar su calidad. Esta norma, cobra una mayor relevancia, pues aún no existe ningún reglamento técnico o restricción nacional que identifique en los procesos de importación cuáles productos son de calidad y cuáles no.
Contar con materiales que no causen alteraciones en la piel y que sus accesorios no lesionen al usuario, permitir un campo de visión adecuado, proporcionar protección en diversas partes de la cabeza, tener una capacidad de absorción de impacto y presentar un etiquetado apropiado con información mínima, son algunos de los aspectos que se establecen con la publicación de la norma correspondiente.
En cuanto indumentaria, se definieron los requisitos de percepción óptica de las prendas de alta visibilidad. Ese tipo de prendas permiten visualizar la presencia del usuario, de día, en cualquier condición de luminosidad posible y, de noche, cuando es alcanzada por las luces de un vehículo u otro tipo de iluminación.
De momento, las características de visibilidad de las prendas que utilizan los motociclistas, ciclistas o peatones no se encuentran definidas en ningún documento, sin embargo, la legislación se las exige a ciertos usuarios de las vías con el fin de garantizar su seguridad en carretera.
Recordemos que las prendas tienen que ser de materiales fluoroscentes y retrorreflectivos que deben cumplir con factores de luminancia y con ciertos colores como verde, naranja, amarillo, rojo y rosa.
Algunos municipios se han dado a la tarea de crear ciclovías, por tanto, éstas normas facilitan a las organizaciones que desarrollen proyectos de infraestructura ciclística, los lineamientos que deben seguir para garantizar aspectos como conectividad, seguridad y comodidad de los usuarios, así como los principios básicos para que las ciclovías sean funcionales.
Es importante mencionar que la promoción de este tipo de transporte también debe ir de la mano con el desarrollo de infraestructura y condiciones idóneas para los ciclistas que deben ser propiciados por las autoridades competentes.
Con la publicación de estas normas, gana el ambiente, el sistema vial y todos los consumidores pues ya tienen una guía que les facilitará la compra de artículos seguros para poder seguir transportándose y recreándose con este medio alternativo.
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